21 may 2023

Zegama is Zegama!

 No puedo ser, pero que me quiten lo bailado!

    No hay duda de que, a cualquiera que le guste esto de correr por el monte, hay un nombre de un pequeño pueblo de la Euskadi profunda que le eriza la piel nada más oírlo y es que, tal y como dijo Kilian Jornet, Zegama is Zegama. 

   Obviamente, todos queremos poder correr allí alguna vez y eso hizo que, en un ataque de locura (del que no fui consciente hasta hace bien poco) en 2013 y 2014 me preinscribí para poder tomar la salida en la maratón de las maratones de montaña. Y digo "para tomar la salida" porque, a día de hoy, soy consciente de que no sólo no habría sido capaz de acabar la carrera si no que, probablemente, no habría llegado a tiempo ni tan siquiera al primero de los puntos de corte de la misma.

   Pero soy un tío con suerte y la Diosa Fortuna tuvo a bien no obsequiarme con ese envenenado regalo entonces y dejar que esas dos papeletas se sumaran a la de este año para, el día 24 de Febrero, sorprenderme al mostrar mi nombre como uno de los 225 nombres subrayados en verde entre los más de 13.800 inscritos en el sorteo de dorsales para Zegama-Aizkorri 2023.

   Automáticamente, una explosión de alegría y nervios se apoderó de mí mientras levantaba el teléfono para contárselo a mi hermano y mil ideas y pensamientos empezaban a recorrer mi cabeza: "no me lo creo", "¿estoy preparado?", "va a ser brutal", "¿tengo a los niños ese fin de semana?", "¿cómo me lo monto para ir y volver?", "¿me he flipado apuntándome?", "tengo que entrenar a muerte"... Porque no olvidemos que, a parte de ser una carrera única por el ambiente que generan las miles de personas que suben al monte a animar a todos y cada uno de los 500 participantes, hablamos de una maratón de montaña con sus 42 km y 2700 metros de desnivel positivos que, si ya de por sí suponen un reto para alguien como yo, se pueden envenenar (y mucho!) dependiendo de las condiciones.