Cursa de l'Amistat

Barcelona, 1 de Noviembre 2012

   Noviembre es el momento que llevaba esperando todo el año: El día 11 es la Behobia y, unos días antes, era el momento de la Cursa de l'Amistat.

    Todos los años, coincidiendo con el día de todos los santos, llega una carrera diferente, con un ambiente especial. Tal y como indica su nombre, toda la filosofía de la carrera se basa en la amistad, la colaboración y el buen rollo.

    Es una carrera gratuita organizada por Esport Mates (una tienda de calzado deportivo de Sants que vende productos de producción propia) que se sustenta en las aportaciones de los patrocinadores y colaboradores (tanto para los avituallamientos como para los obsequios que reciben los corredores o el guardarropa) y en el trabajo de los voluntarios.

La meta vista desde la salida

    Este año, por primera vez, se pidiò a los participantes que, a la hora  de inscribirse, dieran una "muestra de amistad" aportando una botella de agua y algún alimento que serían repartidos entre los propios corredores al finalizar la carrera. En palabras de la organizacion, había una sensación (y no sin razón) de que los corredores eran los únicos que no colaboraban en la carrera, por lo que se optó por esta original solución.

  En lo que se refiere al aspecto deportivo, es una carrera de aproximadamente 16km no competitiva (no hay distancia oficial ni cronometraje de ningún tipo), con una participación máxima de 800 corredores (las inscripciones, presenciales, se agotan en pocos días) cuya salida se sitúa en el Castell de Montjuic y la meta en el Parc d'atraccions del Tibidabo; más concretamente, bajo el mítico avión del parque. Son, aproximadamente, 5 km de bajada antes de encarar unos 11 de subida cada vez más dura. 

Amanecer en Montjuic

    Este año era la segunda vez que participaba y, al igual que el año pasado, un cielo despejado y un sol que iba asomando poco a poco por el horizonte nos esperaba en lo alto de Montjuic para la salida.

   Antes de la salida (que se da a las 8 de la mañana) ya se puede apreciar que el ambiente no es el mismo que en otras carreras. Aunque aquí también hay nervios, se respira un aire más distendido que acompaña hasta el mismo momento de la salida e incluso en los primeros kilómetros, favorecido por el hecho de que estos son en bajada.

Los corredores van llegando poco a poco a la salida

   Y de este modo, se daba la salida de la XXXII edición de la Cursa de l'Amistat, XXII Memorial Francesc Mates.

   Tras mi tiempo de 1hora 39 minutos del año pasado, mi objetivo para esta edición era bajar de hora y media (objetivo que si conseguía cumplir me haría decidirme a intentar bajar de 1:35 en la Behobia) así que salí fuerte, confiado, con ganas conseguirlo.

   Durante toda la bajada de Montjuic fui adelantando corredores lo que hizo que, sin ser consciente de ello, fuese acelerando progresivamente fruto de la motivación extra que te da ir superando corredores, pero
lo pagué a partir del kilómetro 5 cuando empecé a ser yo el que se iba quedando atrás. No me sentía mal y creía que mi ritmo era bueno, pero no dejaban de pasarme corredores y eso desmotivaba bastante...

Objetivo conseguido!

    En el kilómetro 8, tras pasar bajo la diagonal, cuando las cuestas empiezan a inclinarse más, esperaba encontrar, al igual que el año pasado, el primer avituallamiento... pero no estaba!!! Lo habían atrasado un kilómetro durante el cual no paraba de pensar que si tenía que llegar hasta arriba sin beber me iba a dar algo!

   Una vez hidratado y tras subir por Major de Sarriá hasta la Ronda de Dalt, era el momento de empezar la subida seria. Este era el único punto donde tenía una referencia de la distancia que quedaba hasta meta y pude ver que iba bien: tenía mi objetivo al alcance... y a la vista, ya que la carretera permitía ir viendo tanto la Torre de Collserola como el Tibidabo e, incluso, el Castell de Montjuic, al otro lado de la ciudad, donde habíamos tomado la salida.

   Desde aquí más o menos me mantuve en el mismo puesto ganando alguna posición y cuando quedaban unos 3 km creí que era el momento de apretar y el primero en hacerlo fue el sol ya que en esta última parte del recorrido, la carretera quedaba menos resguardada y se notaba el aumento de temperatura, aunque no era excesivo.

    El reloj me daba optimismo y calculaba que podía acabar en hora veintisiete con lo que seguí aumentando un poquito el ritmo a 2 km del final aprovechando que la subida se suavizaba ligeramente.Ya sólo quedaba seguir hasta el Hotel La Florida, girar y entrar en el parque para hacer los últimos 400 metros en los que pude hacer algo parecido a un sprint dentro ya del Tibidabo.

Corredorres recogiendo sus obsequios bajo el avión del Tibidabo

    Finalmente llegué a la meta en 1:25'40" bajando 14 minutos el tiempo del año pasado y mejorando en casi 5 el objetivo que me había propuesto!

   Tras cruzar el arco de meta tocaba recorrer el pasillo de los colaboradores recogiendo muchos más obsequios de los que se recogen en cualquier carrera y realizar unos estiramientos con toda la ciudad a nuestros pies y mirando a Montjuic con una sonrisa de orgullo en la cara!

    Por si no llevábamos las bolsas llenas, era el momento de hacer entrega al primer y primera clasificados (Antonio Godoy 1:02'30" y Susana Lopez 1:14'18") de unos obsequios para, a continuación, realizar un sorteo con muchos regalos para los participantes. Al igual que en la salida, buen ambiente que se trasladaba al funicular (cómo no, gratuito para los participantes) que nos llevaría de vuelta a la ciudad.

Los primeros clasificados: Antonio Godoy y Susana López

   Desde aquí (aunque ya lo hice en persona) quiero dar las gracias y la enhorabuena a todos los que hacen posible esta carrera ya que, para mi (y junto con la Behobia), es la mejor carrera del año. Espero poder
seguir corriendo esta carrera el año que viene y el sigiente y el otro....

    Ahora toca poner la mente en la Behobia-San Sebastián con mi nuevo objetivo de bajar de 1:35. ¿Lo conseguiré? En 10 días lo sabremos!

Galería de fotos de la carrera

La salida vista desde la meta

Aspecto del parque en un día espléndido